A su paso por Villaherreros, el canal conserva parte de su estructura original, lo que permite apreciar la importancia que tuvo este proyecto para la región.

El canal fue diseñado principalmente como una vía fluvial para facilitar el transporte de mercancías, especialmente cereales, desde el interior de Castilla hasta los puertos del norte, principalmente Santander. Este tramo sigue el paisaje rural de Tierra de Campos, una extensa llanura agrícola, destacándose la simbiosis entre la ingeniería hidráulica y el entorno natural.

El paso del canal por Villaherreros está rodeado de tierras de cultivo y campos de cereal. Aquí el canal es un testigo mudo del auge agrícola de la región, donde los cereales eran transportados en barcazas hasta el siglo XIX. Aunque hoy en día ya no se usa con fines comerciales, el canal y sus alrededores han sido recuperados como parte del patrimonio natural y turístico, y atrae a visitantes por su belleza paisajística y su importancia histórica.